lunes, 14 de noviembre de 2011

¡Una de calamares!

Hace un tiempo me pasaron el link del blog de una exazafata de vuelo que, harta de recibir correos llenos de faltas de ortografía y sandeces, decidió iniciar una cruzada contra los chonis y los canis de este país. Según cuenta, la mujer recibe cantidades importantes de mails solicitándole información sobre cómo llegar a ser azafata/o con preguntas del estilo ''tengo posivilidades si tengo una 95 de pexo?'' o ''dime lo que aiga que azer para travajarde azafata'', por lo que decidió colgarlo en su blog y empezar una batalla personal contra la imbecilidad. No es para menos.
Yo hace tiempo también que empecé mi guerra contra la estupidez, los canis, las Yesis y demás miembros de esta cutre-panda porque detesto profundamente la ignorancia y la chabacanería y porque, para más inri, lo sufrí de cerca durante un par de años. Ese es el tiempo que pasé trabajando en una agencia de modelos. ¡Hala, qué suerte, todo el día viendo cuerpazos!- pensarán algunos. Pues no, señores. Me habría encantado ser la envidia del barrio y cumplir sus expectativas, pero de cuerpazos nada, porque para encontrar a un guapo/a había antes que lidiar con una media de 76 calamares. Nada fácil.

En esa agencia tuve la oportunidad de ver y oír cosas tan insólitas como imposibles de imaginar y que, en función del día, me descojonaban, me sacaban de mis casillas o me hacían pensar que a la especie humana nos quedaba un suspiro. Sirva como ejemplo:
- Calamar: ''Hola, me vengo a apuntar a lo de modelo, y eso'' .
- Yo: ¿Tienes fotos? (obviamente hablamos de un book de fotos profesionales, no de fotos al azar)
- Calamar: ''Si, las del Facebook, ¿no? A, y en mi casa tengo un mazo, tambiéng, de mi comunióng, con mih colegah,  y eso''...
- Yo: ... (silencio y rictus facial mientras me debatía entre partirle la cara o perforarme la aorta con una grapadora)
A modo de ejemplo, segunda parte:''Pueh ej que mis amigas me dicen siempre que soy mu alta y tal, y pues eso, que vengo pa lo de modelo, pa apuntarme y eso''. Observando detenidamente el pepino que me hablaba y tratando de buscar algo discreto educado y elegante que decirle, mi cerebro sólo era capaz de pensar: ya, un mástil de barco también es alto, cenutrión, y ya ves... Además, tus amigas te habrán dicho que eres alta, pero sobre tu fealdad no te han comentado nada, ¿no? Lástima.
La fealdad ignorada era una patología muy extendida según tuve ocasión de comprobar en varias ocasiones. En demasiadas ocasiones, de hecho. Una nunca estaba preparada para aquellos momentos en los que entraba por la puerta un ser, sin gracia, ni altura ni buen cuerpo, ni fotogenia, ni belleza, ni medidas, ni formación, ni nada que pudiera ser usado como excusa y nos soltaba aquello del: ''Eeeeeh, kái kacé pa' ser modelo y eso'' (N del T: notése el uso abusivo e inútil del  ''y eso'' como recurso lingüístico para el cierre de cualquier oración). ¿Que qué hay que hacer para ser modelo, cebollo? En tu caso, volver a nacer y cambiar de padres, muchacho, porque no te ha tocado, ni remotamente, la combinación ganadora de genes y cromosomas. Qué valor...

A estas alturas quizás a algunos les parezca que estoy siendo cruel y estén pensando que me estoy pasando, que no está bien meterse con la gente sólo por su físico, que en el mundo tiene que haber de todo, que no hay que reirse de la ignorancia, etc. Y les daría la razón sin rechistar si no fuera por un detalle: que lo que estoy explicando se daba en el contexto particular de una agencia de modelos. Con lo cual, y antes de ir a apuntarte como tal, asegúrate de tener algo más que cara dura, ausencia de espejos en tu casa o falta absoluta de sinceridad por parte de tu círculo más cercano que te miente al decirte ''tendrías que ser modelo con lo bonico que eres''. En una agencia de modelos (donde, recuerdo, se contrata a gente altísima, guapísima, estilosísima, rebuenísima y todos los ísimas que se le puedan venir a uno a la mente), no deberían darse momentos protagonizados por chicas de metro catorce de altura y con unas cartucheras que ni en los mejores western que aseguraban ser modelos de pasarela; o canis recién salidos del Pachá con looks tremebundos de camisa abierta, pierciengs blancos por doquier, brillantes a lo Guti y una muy mala actitud de quepimquepamquepasaneng; o garrulos que venían en grupo para ser modelos (todos) y pretendían inscribirse para ''a ver si nos yamái pa una sesión de fotos o algo'' o para ser ''modelo de pelo'' y ''asín''. No señores... no deberían darse estas cosas, porque ni es el lugar, ni es la actitud, ni hace falta que las que curran ahí sufran tanto.

Aquello era un no parar, una fuente inagotable de gente extrañota con poca idea de lo que es el sentido común y con menos idea aún de lo que significan conceptos como sentido de la estética, sentido del ridículo o la vergüenza ajena (que es la que pasábamos el resto cuando oíamos o leíamos depende de qué cosas). Y es que el modo presencial era duro, pero cuando recibíamos e-mails con fotos o solicitudes para apuntarse a la agencia la cosa no mejoraba mucho. Yo ya intuía la tragedia cuando, al abrir mi Outlook, veía que tenía un nuevo correo procedente de direcciones como: sAh-mORena-aHi@hotmail.com; diablilla-delhospi@hotmail.com , moREnAko_guApO@hotmail.com, elaModlTuNinxaBal@hotmail.com y otras perlas del estilo. De manera instintiva y sólo ver los remitentes mi mano izquierda empezaba a palpar por la mesa a ver si encontraba algún clip u objeto punzante que clavarme en los ojos, porque yo ya sabía que nada bueno podía venir después del doble click de la muerte para abrir el correo. Y efectivamente, nada bueno había. De la frase ''mándame por e-mail fotos tuyas profesionales o donde se te vea bien y con claridad'' (que se les decía una vez se les informaba que de modelo nasty pero que si querían ser figurantes para spots, aún) ellos habían entendido únicamente las palabras 'mándame' y 'fotos'. Por eso el contenido de aquellos correos era una secuencia de imágenes infames y perforadoras de retinas tales como: fotos de ellos mismos en el baño y delante el espejo, borrosas, con el alicatado de la bañera como photocall, gafas de sol y móvil en primer plano. Conclusión: si una foto con gafas de sol en el baño de tu casa, con el Moussel de fondo y las baldosas de los sesenta es lo más profesional y elegante que se te ha ocurrido, no te digo nada como te pida que me mandes un currículum. No, mejor me arreo contra el teclado y acabo antes.
Otra variante: fotos de ellos mismos en su habitación, con gorro y gafas (que iluminación tan potente tienen que tener en esas casas que todos necesitan llevar gafas de sol, oye) . Eso sí, pondiendo morritos, bien cani, y con peluches, pantallas de ordenador, ropa tirada, pósters , adhesivos y trastos por todas partes como fondo pa' la foto. Ole tú, chaval. O-le-tú y gracias por enseñarme tu leonera, la de mierdas que guardas y la conversación chorras que estás teniendo por el ''mésenyér'' justo en el momento de la foto, para el que no has tenido ni el gesto de cerrar el ordenador. Eres todo detalles.
Algunos también tenían la guasa de mandarnos fotos nocturnas y de grupo, en las que aparecía el sujeto que quería apuntarse a la agencia, catorce amigos, dieciséis cubatas (inexplicable, si), piernas levantadas, caras de taja y algún coche detrás (tuneao, siempre). Que gusto de mail, ay sí. Porque no solo me toca contemplar una foto de una pandilla de mamelucos haciendo botellón sino que encima tengo que dejarme la vista para ver cual de todos ellos es el ceporro que vino a dejar sus datos. Gracias amigo, por tus entendederas y por tu colaboración con mis ejercicios de resistencia visual.
Después de todo esto (y de cientos de escenas más que no caben en este post), me di cuenta que mi umbral de soportabilidad estaba más que sobrepasado y que sangrar por los ojos como las vírgenes milagrosas no era necesario. Así que antes de que aquello fuera a más y el mismísimo Lucifer viniera a buscarme en vida para arder en el infierno por tener tantos malos pensamientos, decidí seguir con mi cruzada anti choni-cani en otra parte, tarea que combino con la recogida de firmas para la beatificación de las chicas que siguen trabajando allí. Porque si el Vaticano tiene el cuajo de beatificar a señores del Opus que nos la traen al pairo a la mayoría, a estas valientes que se encuentran fregaos como estos a diario, las tienen que nombrar como mínimo Apóstolas. Bendita paciencia.

2 comentarios:

  1. He tenido una epifanía: es por culpa de agencias como esas que surgió la moda de la foto cani! Estáis alimentando al bicho!

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  2. Puedo prometer y prometo que en la agencia promovimos siempre el uso racional de las fotos, de los baños de casa y de las gafas de sol. Lo mismo con la ortografía, la actitud, el sentido común, etc. Aquello era como un doce meses doce causas.

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