jueves, 24 de febrero de 2011

Tres horas tres collejas

Ayer empecé de nuevo las clases de alemán. Aprovechando que empezaba un cuatrimestre, volví a apuntarme, con la esperanza de que en mi nueva clase hubiese, por lo menos, un par de personas interesantes y con quien echarme unas risas. De momento, la cosa no pinta demasiado bien.¿Que me precipito? igual... ¿Que juzgo muy rápido? a lo mejor...!¿Pero quien ha dicho que para coger manía a alguien haga falta tiempo?¿!

Hay un tío, que tal y como abre la boca, dan ganas de acribillarlo a palos.(Nota mental para el próximo día: llevar a clase algún objeto contundente para completar esta misión). Es absolutamente insoportable, gritón, mueve los brazos como si tuviese aspas en lugar de húmeros, se sienta en clase como si su silla fuese una hamaca de playa con reposanucas incluido y, cuando habla, que es contínuamente y ya venga al caso o no, lo hace con un acento desquiciante de esos que te obligan a girarte dando un golpe de cervicales y mirarlo mal (es italiano y hace una mezcla rarísima entre el español y el alemán). Para completar el inventario de cosas que detesto de las personas y que él parece coleccionar, tiene la irritante costumbre de leer TODO en voz alta, cuando de lo que trata el ejercicio es de leer en silencio y luego comentar el texto de marras. Es lo que se conoce como  ''el p**** notas''. Estoy segura que nunca en su vida imaginó que podía caerle tan sumamente mal a alguien en tan sólo 3 horas, que es el tiempo que hace que lo conozco. En eso si es bueno, el cabrón.

Luego hay un hombre de edad imposible de calibrar, que tiene un nivel más alto que el resto, si, pero un acento de esos que al oirlo te sangran los oídos. Sería el prototipo del  ''duro de mollera para algunas cosas''.  Así como hay gente que, de manera pedante, pronuncia cualquier palabra inglesa de uso común como si fuese  nacido y criado en Massatchussets o familiar de Carrascal, los hay que hacen justo lo opuesto y, cuando hay que pronunciar como la lengua en cuestión requiere, lo hacen como si acabesen de aparcar el rebaño de cabras en la puerta del aula a golpe de bastón y del conocido 'yeeeeeejeeeeeee'. Que no hay manera, vamos.

Y yo me pregunto: si estás aprendiendo un idioma con una profesora nativa, digo yo que ¿habrá que intentar también aprenderse la pronunciación, no? ¿Por qué esa manía de leer y pronunciar el otro idioma como si fuera el propio? A estos negados del habla, ¿les falta algúna pieza en oido interno que les impide percibir la mieeeerda de acento que tienen y lo distinto que suena del de la profesora? ¿Es que la gente aún no sabe que ponerle a una lengua extranjera ese teatrillo que es la pronunciación es lo que hace que parezca que sabes? Mira Doña Cocreta sinó... o el de los Morancos, que decir, no dice nada.. pero tiene un acento que parece empadronado en Brighton el tío.

Ya como último, hay una señora con bigote y de edad indeterminada, poco agraciada y con rasgos antiguos, que viste con ropa de los 90 (de cuando Brenda y Brandon, ya sabes) y que también hace méritos para ganarse la famosa colleja que rifan siempre los padres. Ella seria ''la comentarista'', semptierna presencia de cualquier clase, muy a mi pesar. ¿Sabes esa gente que cuando dicen 'leed el texto' se dedica a hacer comentarios intrascendentes en voz alta y sin dirigirse a nadie en concreto? Solo por el placer de orise la voz, digo yo, o para que el resto sepamos que está ahí, que sigue viva y respirando..imagino que lo hará por alguna de estas razones... Y yo me pregunto: ¿Es que no tiene frenillo cerebral, y tal y como le viene algo a la cabeza lo casca? ¿Por qué no puede leer 'pa dentro como todos? (Nota mental para el próximo día: traer un objeto contundente, poner al notas y a la comentarista bien juntos y dar un solo golpe, que lo mismo se hacen más daño con el rebote de sus propias cabezas y así, de paso, me ahorran un esfuerzo).



Y esto solo con dos días de clase...

No hay comentarios:

Publicar un comentario