viernes, 11 de marzo de 2011

Cuarto y mitá


Tengo que ir al súper esta tarde y ya estoy dándole vueltas a la ruta que me optimice la gestión ahorrándome tiempo y pasos andados. Porque, no sé si me pasa sólo a mi, pero yo aún no he encontrado el súper que lo tenga todo y que me evite tener que hacer el Gran Prix de la compra.
El que tiene la marca de tostadas que me gusta, no tiene la leche que yo necesito (y digo necesito porque es sin lactosa, no por capricho de marca, ojo). El que tiene la parte de champús y cremas que da gusto, no tiene la verdura a granel, y no se plantean que, si los tomates vienen en paquetes de doce quilos, las familias unipersonales estamos comiendo salsa boloñesa, sopa de tomate, ensalada de tomate, tomates rellenos, pan con tomate, sanfaina, salsa napolitana, tomate a bocados, tomate por la vena... hasta fallecer. Esto, en caso que puedas comerte toda esa cantidad y no crees vida salvaje en tu nevera, con la de semanas que pueden durar doce quilos de una misma cosa.
El súper que tiene las cajeras simpáticas y eficientes, tiene unos cesti-carros que más que ruedas parece que lleven la llanta viva o que te esté persiguiendo una manada de cerdos salvajes por todos los pasillos, jjjjuiiIIIiiii, juuuuiiiiiiii, juuuuuiiiiii... joder.
Total que, con la broma, tengo que ir a tres súpers distintos: el que tiene un 80% de las cosas que me gustan pero que me cae lejos y, si vengo cargada con toda la compra, parece que esté pagando penintencia por una promesa hecha a Santa Brígida; el que me cae cerca, tiene la sección de leches insuficiente y una cajera zumbada con voz de niña que comenta toda tu compra tal y como la pasa por el lector. Y el que me cae lejos como para tener que ir en moto, y que tiene unas pijaditas que sólo encuentro ahí pero que, para conseguirlas, tengo que hacer cola en la caja como si esperase turno en una butifarrada popular.

Pese a las diferencias en lo que a productos se refiere, me he dado cuenta que hay cosas que son iguales en todos los súpers. Lo primero es la lechuga decorativa de todos los carros. Pasan los años y siguen poniéndolas, tu. Yo no he visto aún ningún anuncio clasificado donde aparezcan las vacantes de Reponedores de Trozos de Lechuga chonía para carros y cestas, pero es una profesión que existe, fijo. Debe ser que solo se entra por promoción interna, como al puesto de Jodedor de Ruedas de Carro. Porque vaaaaya teeelaaaa con el mecanismo de dirección de los carros. Que siempre nos toca a los mismos lidiar con esos trastos indomables con los que parece que vayamos bolingas, andando de lado en posición derrape, pasando las mangas de los abrigos por todas las paredes y cogiendo las curvas de los pasillos con el espíritu de Ben-hur en el cuerpo. O ponen boxes por todo el súper con señores vestidos con pijamas rojos, o contratan a un mecánico de carros que haga el favor de hacer que si yo empujo p'acá, vaya p'acá, y no p'allá!
Luego, hay una cosa que me hace dudar siempre cuando voy a la compra: las latas y los yogures sueltos. Vamos a ver, gente de mundo, se pueden coger latas sueltas y yogures por unidad, ¿sí o no? Porque yo tenía entendido que no, y juraría haber visto carteles donde ponía ''no deshagan los packs, por favor''. ¿Esto pasó sólo en mi dimensión, que es distinta de la del resto de seres humanos? Y si es real, ¿qué pasó con la norma? ¿Fue derogada por referéndum? ¿Fue abolida por niputocaséndum? ¿Soy la única boba que aún se lo piensa dos veces antes de coger dos latas sueltas o que sufre por si el -clack!- de los yogures al separarlos, me delata.?
Ahora bien, lo más enervante para mí, con diferencia, común a todos los supermercados y que me parece una auténtica vergüenza  que habría que denunciar, es la mierda de envoltorio de los paquetes de azúcar. ¿Habrá que esperar al siglo XXII para que los de Azucarera Española se dignen a invertir en packaging? Por amor de Dios, que no hay ni uno que no tenga el poro maldito por el que se escapan los granitos que hacen que en lugar de caminar, vayas crepitando con ese cric cric cric desquiciante a cada paso! O tienen poro, o no han puesto suficiente pegamento Pritt para enganchar el cierre de parvulito que tienen. Por favor. Aprovecho para hacer un llamamiento al departamento de I+D (en caso de existir) de la empresa antes mentada, hagan el favor de usar folios más gruesos para envolver el azúcar, forrar el paquete con Aeronfix o plantearse la opción de vender a granel, que para el caso, vendrá a ser lo mismo: granos y sueltos. Quiá!

3 comentarios:

  1. Yo compro el azúcar en brick. Más caro pero mil veces más cómodo!

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  2. Jackie!!! Puedo colgar esta "crónica" en la página del Chef Pirata en Facebook??? Creo que muchos se van a sentir identificados...

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  3. Albert, claro que puedes! Gracias por comprartirlo, de hecho.
    NUR: sweet sofistication! :*

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